Así, mientras no recuperen el poder, el PP habla de traición a España y del pacto antiterrorista. Su discurso señala la política de diálogo y negociación con ETA acordada por los grupos parlamentarios en 2005, menos ellos, como el comienzo de la ruptura de España. Y frente a tal desaguisado, han emprendido la cruzada. Rodríguez Zapatero es amigo de ETA, su gobierno es débil y mancilla el honor de los españoles. Los ciudadanos se merecen retomar la senda de Aznar. Este no cedió y es ejemplo de gallardía. Cantinela aderezada con una campaña por demostrar la actual ilegitimidad del gobierno. Muchos en la manifestación corearon la dimisión de Rodríguez Zapatero. Su triunfo, el 14 de marzo de 2004, viene siendo cuestionado por el PP, bajo la teoría de la conspiración para derrocar al gobierno del Partido Popular y ganar las elecciones. El atentado de Atocha del 11 de marzo de 2004, tras el cual el PSOE ganó las elecciones, forma parte de una trama de ETA y el islamismo radical de la cual el PSOE se beneficia indirectamente. De no haberse producido, Rajoy hubiese ganado. El atentado terrorista cambió el rumbo de España, dirán los dirigentes del PP, amén demuestra vínculos entre ETA y el radicalismo islámico. Vínculos que no han querido ser investigados por las nuevas autoridades impidiendo saber toda la verdad, cuestión que demostraría cierta connivencia de los dirigentes del PSOE con ETA y la trama que facilita su triunfo el 14 de marzo de 2004. En esta lógica se han establecido Aznar, Rajoy, Acebes, Zaplana, Esperanza Aguirre y otros. Ayer, en la manifestación, Gallardón se quitó la careta y participó en primera línea de fuego. Se acabaron los centristas. No importa que el atentado fuese reivindicado por las células de la red Al Qaeda en Madrid, que la comisión parlamentaria, tras meses de trabajos, que los peritos, y ahora el juicio, estén una y otra vez dejando constancia de su falsedad; siguen intoxicando a la ciudadanía. Así lo hicieron con las armas de destrucción masiva. No aceptan la derrota electoral.
Sin embargo, el problema es otro. El caso de De Juana Chaos es coyuntura. Lo que está en juego no es la política antiterrorista. La agenda está marcada por una propuesta diferente de Estado, de reincorporación de la izquierda abertzale, de eliminación de la ley de partidos políticos . En esta lógica, el PP está fuera de juego. Las preguntas apuntan en otras direcciones. ¿Cuáles son las perspectivas de un nuevo estatuto de autonomía en el País Vasco? ¿Cómo y de qué manera se pensará una concepción federal y de soberanía? La idea de España y la concepción del Estado-nación se debe reformar.
La declaración del presidente de gobierno en el Senado señalando que todos han cedido ante el chantaje -"No es la primera vez que el gobierno ha cedido al chantaje de ETA, es la primera vez que un partido político responsable se atreve a decir que un gobierno ha cedido al chantaje de ETA. Estamos ante un debate plagado de hipocresía y cinismo"-, muestra que la manifestación es la consolidación franquista de la idea de España. El debate es otro.
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